martes, 30 de junio de 2015

Cuento reflexivo: El leñador honrado



Érase una vez un leñador, cuya hacha cayó en el río. Desesperado, no sabía qué hacer, pues aquella hacha era todo lo que tenía para poder vivir. Entonces, apareció de repente un hada de las aguas y le dijo al leñador que esperase un momento, que buscaría su hacha. Se zambulló en el agua y apareció con una hacha de oro entre las manos. El leñador le dijo entristecido que aquélla no era su hacha. El hada volvió a meterse en el agua y sacó un hacha de plata. El leñador se mostró afligido nuevamente. El hada se sumergió por tercera vez y sacó su hacha de hierro. El leñador comenzó a dar saltos de alegría y a saltar de felicidad. Entonces, el hada le dijo:

- De entre las tres, prefieres tu hacha de hierro, incluso aunque las otras dos fuesen más valiosas. Valoro tu honradez, por lo que te regalaré las otras dos hachas.

El leñador volvió a dar las gracias nuevamente y volvió a su casa. Por el camino se encontró con su vecino, un hombre con fama de ser muy vago y poco trabajador. Cuando el leñador le dijo lo que le acababa de suceder, no tardó mucho tiempo en buscar cualquier hacha y llevarla al río. Allí la tiró y fingió desesperarse por su hacha perdida. El hada acudió en su ayuda y, cuando el hombre le dijo lo que le había sucedido, se sumergió en el agua, apareciendo con un hacha de oro.

- ¿Es ésta tu hacha? - preguntó el hada de las aguas.

- ¡Sí! ¡Ésa es!

- ¡Mentiroso! - le gritó el hada -. ¡Ésta es mía! La tuya es de hierro y sigue en el fondo. Si deseas recuperarla, bucea como lo he hecho yo.


Fuente: libro de casa.

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