sábado, 28 de septiembre de 2013

El triángulo amoroso de Afrodita, Adonis y Perséfone



Mirra era hija del rey Tías que era tan hermosa que él solía decir que ni Afrodita podía superarla. Afrodita, furiosa, hizo que Mirra deseara a su padre. Mirra se confesó a su nodriza, Hipólita, que la ayudó a llevar a cabo su plan: acostarse con su propio padre sin que éste lo supiera; haciéndole creer que se acostaría con un mujer desconocida y que no podía revelar su identidad. Después de doce noches, descubrió que se trataba de su propia hija y mandó que la mataran. Ella consiguió escapar y pidió ayuda a los dioses, que la convirtieron en árbol.

Según el mito, cuando las hojas caen en realidad son las lágrimas de Mirra.

Sin embargo, Mirra había quedado embarazada de su padre y siendo un árbol dio a luz a Adonis, un hermoso niño criado por Perséfone en el infierno que cuando se hizo mayor no pudo evitar las miradas ansiosas de Afrodita. Las dos mujeres se enamoraron de él y este capricho de ambas hizo que Adonis tuviera que pasar el año en partes iguales con una y con otra, contando también con un espacio de tiempo que podía dedicar a lo que quisiese.


Un día estaba Adonis en el campo, de caza, y apareció Ares (amante de Afrodita) y se convirtió en jabalí para despedazarlo, fruto de los celos que sentía hacia él. Adonis descendió a los infiernos y debía pasar la eternidad en el inframundo pero Afrodita, celosa de que pudiera estar con Perséfone, le suplicó a Zeus que Adonis pasara la mitad del año con una mujer y la otra mitad con otra.



Fuente: apuntes de instituto.
Crédito imagen: wikipaintings.org

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