jueves, 22 de agosto de 2013

La hermosa Blancanieves y la venganza de la manzana envenenada

Érase una vez un hombre viudo que tenía una hija y se casó con otra mujer. Él no lo sabía, pero era malvada. Cuando el hombre murió, la niña - que era muy hermosa - quedó al cuidado de su madrastra. Ésta, ante la belleza que adquiría cada año Blancanieves, enfurecía más y más. Y más malvada se volvía. Al principio, la madrastra le preguntaba a su espejo mágico: "Espejito, espejito, ¿quién es la más bella del reino?". Y éste le contestaba siempre lo mismo: "Tú eres la más bella". Pero cuando Blancanieves se hizo mayor y se convirtió en toda una mujercita, el espejo mágico cambió de respuesta. "Blancanieves es la más hermosa, ya no lo eres tú". La bruja malvada enfureció y mandó llamar a un cazador. A éste le pidió que matara a Blancanieves mientras ésta estuviera paseando por el bosque y que le trajera su corazón dentro de un cofre. Cuando el cazador encontró a Blancanieves y la vio, tan hermosa e inocente, no pudo matarla. El cazador le dijo que huyera al interior del bosque y que él engañaría a la bruja, dándole el cofre con el corazón de un ciervo.

Blancanieves se sentía perdida, pero pronto encontró una casa diminuta. Allí vivían siete enanos que trabajaban en las minas. Ellos eran: Sabio, Gruñón, Mocoso, Tímido, Mudito, Dormilón y Feliz. Ellos la aceptaron con ellos para que viviera en su casa. Ella se encargaría de las tareas del hogar y ellos seguirían trabajando en las minas.

Un día, la bruja volvió a preguntar a su espejo mágico: "Espejito, espejito, ¿quién es la más bella del reino?" Ella enfureció con su respuesta: "Blancanieves sigue siendo la más hermosa, pues no está muerta como vos creéis". Entonces, sabiendo que no podía confiar en el cazador, se disfrazó de anciana y la buscó ella misma hasta dar con ella. Llevó consigo una cesta llena de manzanas envenenadas. Conforme dio el primer bocado, Blancanieves cayó al suelo, inconsciente. Cuando los enanitos llegaron a la casa encontraron a Blancanieves la creyeron muerta, así que construyeron una urna de cristal para que fuera su tumba. Pero en aquel momento pasó por allí un príncipe que quedó impactado con su belleza y al instante se enamoró. Quiso darle besarla para despedirla y entonces ella, que no estaba muerta, despertó por el beso de amor que había recibido. Los enanitos se alegraron mucho y todos vivieron felices y comieron perdices.

El embarazo de Calisto y Zeus



Calisto era una ninfa - cazadora seguidora de Artemisa. Todas aquellas mujeres que seguían a esta diosa habían jurado el voto de castidad. Zeus, se enamoró de ella y decidió tomarla, engañándola con la forma de Artemisa (o de Apolo - según que versión). Otras versiones dicen que, simplemente, la violó. De esta forma la dejó embarazada. Un día, cuando Artemisa y el resto de cazadoras iban a darse un baño en un río, Calisto fingió que no le apetecía bañarse y que no se encontraba muy bien.

miércoles, 14 de agosto de 2013

La desgracia de Orfeo y Eurídice




Orfeo, dios de la música e hijo de Apolo y Calíope, estaba enamorado de la ninfa Eurídice. Ambos estaban muy enamorados y decidieron casarse. Pero un día, el dios Aristeo (también hijo de Apolo) corrió tras ella para intentar poseerla y ella, intentando huir, pisó una serpiente que la mordió y acabó muriendo por culpa del veneno. Orfeo, desconsolado, no paraba de tocar su música triste y melancólica. Hasta que decidió bajar al inframundo para recuperar a su enamorada. Gracias a su música amansó a todas las criaturas que fue encontrando por el camino hasta llegar al trono en el que se asentaban Hades y Perséfone, dioses del inframundo. Con su música consiguió convencerlos, pero con una condición: debía caminar el resto del camino sin mirar ni una sola vez a Eurídice hasta que los dos hubieran llegado a la superficie.

El rechazo de Dafne a Apolo




Apolo, hermano de Artemisa, se burló un día de Cupido por utilizar sus flechas para lanzarlas a los enamorados y no para cazar animales y monstruos. Para vengarse, Cupido le lanzó un flecha que le haría enamorarse perdidamente de Dafne, una hermosa ninfa de las aguas. Y a ella le lanzó una flecha para que repudiara a Apolo. Un día, al verla, comenzó a perseguirla para poder poseerla; pero ella se sintió horrorizada por él como consecuencia de la flecha de Cupido. Ella comenzó a correr también y cuando vio que ya no tenía escapatoria y que él estaba a punto de tomarla, pidió ayuda a la Madre Tierra (Gea) - con la variación de que pidió ayuda a su padre, el río Ladón - para librarse de aquella situación.

viernes, 9 de agosto de 2013

El ladrón de galletitas

Una mujer va a la estación de ferrocarriles para viajar a su cuidad natal. Espera con ansia e ilusión para poder ver a su familia y amigos pero, cuando le comunican que el ferrocarril va con retraso de una hora y
que tardará otras dos en llegar a su destino, se enfurece. Para pasar mejor la espera se acerca a una pequeña tienda cercana y compra unas revistas, una caja de galletitas y un refresco. Se sienta a leer una de las revistas en un banco a fin de que su espera se haga más corta. Pasan diez minutos y por el rabillo del ojo ve como un joven barbudo se sienta en el mismo banco que ella. En principio, le rechaza esa imagen bohemia y rebelde. Entonces, sorprendida y repugnada, observa como el muchacho, sin decir nada, coge una galletita y se la lleva a la boca. La mujer, que todavía sigue confusa y molesta, coge otra galletita sin dirigirle la palabra al hombre. Él, con una gran sonrisa, mira a la mujer y coge otra galleta. La mujer cree que el joven se está riendo de ella, así que repite el mismo acto y coge otra galletita. Y así sucesivamente hasta que, cuando llega la última galleta, que el toca al hombre, éste la parte por la mitad y le da media a la mujer y él se come la otra parte. Lega el ferrocarril y la mujer se sube a él pensando "con una juventud como ésta, el país no tiene remedio". Critica a todos los jóvenes sólo por el comportamiento de uno solo. Cuando el ferrocarril va a mitad de camino, la mujer siente que tiene sed y abre su bolso para coger el refresco. Es entonces, cuando descubre dentro que está su paquete de galletitas. Por lo tanto, el medio paquete que se había comido no era suyo, sino del joven que se había sentado a su lado en el banco.


Fuente entrada: María Moreno Alfaro

El mito de la caverna


Nos encontramos en una especie de caverna subterránea provista de una larga entrada, abierta a la luz que se extiende a lo ancho de toda la caverna, y unos hombres que están atados desde niños por las piernas y el cuello. De esta forma están obligados a quedarse quietos y mirar únicamente hacia adelante. Las ligaduras les impide volver la cabeza. Detrás de ellos, la luz de un fuego que arde algo lejos proyecta sombras que ellos no logran comprender, ya que del fuego los separa un tabique de piedra. Detrás de ese fuego, un camino se sitúa en lo alto de la caverna, por la cual el resto de hombres libres entran y salen a su antojo. A lo largo del tabique de piedra, unos hombres transportan toda clase de objetos: estatuas de hombres o animales hechas de piedra, de madera, etc. 

Los prisioneros son iguales que nosotros. Lo único que han visto en su vida a parte de sí mismos y sus compañeros son las sombras borrosas proyectadas por el fuego sobre la pared de la caverna que está frente a ellos. Los hombres atados no tienen por real ninguna otra cosa más que las sombras de los objetos fabricados. 

Un día, uno de los prisioneros escapó, salió al exterior de la caverna y contempló el paisaje y todo había a su alrededor. Vio el sol, los campos, los animales, un río... descubrió la verdad. En vez de escaparse, el prisionero que se había hecho libre volvió a la caverna para contarle a sus compañeros lo que había visto, pero éstos no le creyeron y el dieron la espalda. 


Fuente entrada: María Moreno Alfaro

¿Dónde y cuando nace la filosofía?

La filosofía nace en Grecia en el siglo VI antes de Cristo. Es, en su origen, amor a la sabiduría. El filósofo aspira al saber. El nacimiento de la filosofía suele relacionarse con el cambio de forma de la explicación de los fenómenos meteorológicos y otros más cotidianos, que se conoce como "Paso del mito al logos".

Mythos y Logos son expresiones griegas.



MYTHOS
✾ Se refiere a narraciones fantásticas que intentan explicar el origen y la regularidad del cosmos recurriendo a fuerzas sobrehumanas, como dioses o poderes cósmicos personificados.

✾ Se trata de la palabra que nombra lo oculto, lo escondido y lo misterioso, que sólo está al alcance de unos pocos en la cultura micénica.


sábado, 3 de agosto de 2013

La lucha de Cronos con su hijo Zeus

Cronos era un titán y fue más despiadado que su padre.

Quería apoderarse del control del Universo y que nadie se interpusiera en su camino aunque con ello hiciera falta castrar a su padre o comerse a sus hijos: Hestia, Deméter, Hera, Hades y Poseidón, hijos también de Rea (que a su vez era hermana de Cronos).

Su último hijo, Zeus, no fue devorado gracias a su madre que, al nacer, lo escondió y entregó a Cronos una piedra envuelta en sábanas.

Cronos no se percató del engaño hasta que Zeus se hizo adulto, pues apareció para destronarle, como le habían anunciado antes del nacimiento de su primogénita.

La historia de Adán y Eva

Todo comenzó cuando Dios creó el paraíso: El jardín del Edén. Y creó al hombre a partir de polvo y vio que era bueno. El Jardín era perfecto: estaba formado con todo aquello con lo cual el hombre viviría: árboles, animales, alimento suficiente para abastecerse, nada le faltaría.

En medio del Edén plantó Dios el Árbol de la Ciencia, el del Bien y el Mal. El hombre, Adán, podía comer
de todos los árboles y plantas que deseara excepto de aquel, pues era pecado y estaba prohibido.

Un día vio Dios que el hombre estaba triste y pensó que sería bueno darle compañía. Así que a partir de una de sus costillas creó a la mujer, a la que llamó Eva. Ambos se miraron, desnudos, y aun así no sentían vergüenza porque no eran conscientes de la desnudez.

La serpiente, celosa del poder de creación de Dios, decidió destruir toda aquella felicidad que emanaba del paraíso. Un día se acercó a Eva cuando ésta estaba sola y la tentó para que comiera del árbol de la Ciencia, alegando que le daría tanto poder como Dios.